Fidel Castro es uno de los pocos casos de un líder guerrillero que alcanza el poder, aunque en su caso hay que señalar que lo hizo a través de su propia revolución y no de ningún proceso político-electoral. Fue en Cuba.
Ho Chi Minh es otro de los guerrilleros que logró la cima del mando tras una revolución violenta, no a través de que cesara la guerra y llegara un proceso comicial que lo elevara al mando supremo. Fue en Vietnam.
El mariscal Josip-Tito-Broz, máximo líder de los partisanos que combatieron y derrotaron a los nazis de Adolf Hitler en la antigua Yugoeslavia y en los Balcanes, también tuvo el éxito de llegar al poder supremo tras un movimiento armado y no mediante un desarrollo electoral.
La Revolución Bolchevique de octubre de 1917 elevó a los líderes comunistas a la jefatura del Estado en la que sería la hoy desaparecida Unión de Repúblicas (eran 15) Socialistas Soviéticas, encabezados por Lenin, Stalin y Trotski.
El general golpista Francisco Franco Bahamonde obtuvo el mando único, que duró casi 40 años, tras la Guerra Civil española del período 1936-1939.
Casi 40 años gobernando sin elecciones sino únicamente por la fuerza de las armas que usó para traicionar a la República mediante el Alzamiento del 18 de julio de 1936.
Bueno, debo parar ahí para pasar al punto principal del artículo de hoy, que se refiere a las posibilidades que el 29 de este mes tiene don Pepe Mujica de convertirse en un caso poco frecuente de un jefe guerrillero que llega al Poder mediante elecciones libres.
Se trata de Uruguay y del otrora jefe revolucionario que hoy es un líder político pacífico, de izquierda marxista y que aspira a suceder en el mando al presidente Tabaré Vásquez, también marxista y destacado médico siquiatra y catedrático.
Mujica sustituyó a Raúl Sendie en el liderato tupamaro.
En la primera vuelta al ex jefe de los Tupamaros, los guerrilleros urbanos uruguayos, ganó ampliamente con una votación que rozó el 48% de los votos, faltándole muy poco para el necesario 50 más uno para ganar en esa primera etapa.
Su adversario, el ex presidente Luis Alberto Lacalle, quien gobernó como dirigente de la llamada “derecha moderada” de 1990 a 1995, obtuvo el 30%.
Todas las fuerzas de extrema derecha y derecha, con el apoyo de un sector poderoso de los Estados Unidos, del empresariado más atrasado y la jerarquía católica, se están uniendo para impedir el triunfo de don Pepe Mujica, cuya victoria, repito, sería un caso excepcional.
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